Thursday, June 25, 2015

Las Curvas o Giros: Su significación para el caballo y el resultado de la prueba.

En los días previos al Belmont Stakes tuve la oportunidad de leer una entrevista hecha al jockey miembro del Salón de la Fama Chris McCarron. La entrevista a McCarron tenía como fin discutir lo que significa para un jockey montar en Belmont Park, donde el tamaño de la pista de una milla y media de largo, tiene implicaciones importantes que un jockey debe conocer para ser exitoso en la pista principal apodada “The Big Sandy”.

Cuando a McCarron se le preguntó si el tamaño del ovalo de Belmont hacia más difícil o perjudicaba a los caballos que corrían más abiertos o alejados de la baranda; el jockey respondió:

”Yo no creo. Mi sensación es (y no sé si esto es correcto desde un punto de vista físico) que el hecho de que el óvalo sea de mayor tamaño no provoca que un caballo pierda más terreno. Yo sé que en una pista mas pequeña, de una milla (como son la mayoría de óvalos en USA) con giros más cerrados, esto es más posible. El terreno perdido se debe más al radio de la curva que a la distancia que se debe recorrer para completar el giro. A lo largo de los años yo (McCarron) he visto muchos caballos girar abiertos y aun así completar el trabajo. Por el contrario si tú giras muy abierto en una pista de una milla con codos más cerrados, realmente comprometes tu chance de ganar más que cuando giras en los codos más amplios de una pista más larga.

Pero porque esa zona de la pista, los codos o curvas, son de tanta importancia en el desarrollo de una competencia y en el resultado de la misma para ser consideradas por los analistas, jockeys, entrenadores y handicappers antes de una competencia tan importante como era el Belmont Stakes del 2015.

La razón es que las curvas por los eventos que alli se suceden son un área crítica por el mayor “stress” que representan tanto para el caballo como para los jockeys y por la posibilidad de regalar metros recorriendo distancias más largas.

Si pensamos en la última curva o curva final, es allí donde se resuelven la mayoría de las pruebas. Donde los jockeys hacen su movimiento final para tratar de ubicarse en una buena posición justo a la entrada de la recta y donde los lideres comienzan a sentir detrás de ellos las pisadas de los “pressers” que empiezan acercarse.

Pero para el animal también implica una tarea complicada. Sumado a la exigencia de su jockey que le pide correr más rápido en una zona donde el balance del animal está más comprometido, el caballo debe también hacer el cambio de manos para recorrer el giro más fácilmente. Esto en animales experimentados quizás no representa una tarea extra, pero en potros o en el animal joven, ese “brote” de velocidad acompañado de la necesidad de cambiar de manos para mantener el balance puede ser una tarea bien complicada.

Si un “giro” es un reto, dos es un reto todavía mayor. En Norteamérica muchos de los óvalos de diferentes hipódromos están construidos sobre distancias de una milla con curvas cerradas. Esto hace que en muchas de las carreras programadas en una milla o por arriba de esta distancia, la salida se produce muy cerca de la curva y por lo tanto los ejemplares y su jockeys deberán enfrentar el “manejo” de la curva en dos oportunidades.

La situación en la primera curva es algo diferente a lo que sucede en la curva final. Debido a la distancia de los óvalos, en carreras de dos giros o codos, muchas veces el aparato de partida es colocado casi encima del giro. Esto implica que los caballos saliendo por los puestos de afuera podrían recorrer terreno extra a lo largo de toda la distancia que comprende la curva a menos que de alguna manera los jockeys puedan cortar terreno hacia adentro, bajando lineas.

El jockey al darse la partida, de acuerdo a su estrategia, deberá decidir si aguantar a su caballo y luego tranquilamente buscar hacia adentro colocándose detrás de los punteros o acelerar apenas se abran las puertas para tratar de “cortar” líneas hacia adentro y tomar la curva ligeramente más cerca del riel. Esto a expensas de un gasto temprano extra de energía y de la posibilidad de tropezar con otros caballos que también aceleran por dentro de él.

De manera que la estrategia a seguir, así como la complicación o el “stress” de desplazarse a lo largo de la curva son factores importantes que pueden influir en el resultado de la prueba. Sin embargo no cabe duda que lo más importante a considerar cuando se enfrenta el giro es evitar “regalar” metros o recorrer terreno de más.

Al igual que las pistas de atletismo, los óvalos o pistas para caballos de carrera tienen carriles o “líneas de carrera” que aunque no están señaladas o demarcadas, son perfectamente identificadas.
Una línea de carrera está definida o comprende el espacio o el ancho que ocupa la unidad jockey/caballo, la cual ha sido establecido en 4 pies (1.2 metros). Si pensamos en la baranda como la línea cero, el espacio que ocupa una unidad jockey/caballo más próximo a la baranda sería la primera línea, el siguiente la línea de carrera dos y así sucesivamente hasta completar el ancho total de la pista.

Cuando el caballo recorre los trayectos rectos, no importa por cual línea se desplace, que tan abierto corra, eso no implicará recorrer metros extras. Sin embargo cuando el animal se desplaza por la curva, cada línea de carrera representará una determinada cantidad de terreno extra recorrido. La única forma de que un caballo no recorra terreno extra cuando gira la curva seria que hiciera el recorrido de la misma corriendo sobre la baranda algo que por supuesto no es posible.

En cualquier otro caso, inclusive corriendo por primera línea, adosado a la baranda, los expertos han calculado tras la aplicación de fórmulas geométricas y matemáticas que la perdida equivale a 11 pies (3.35 metros) extras de recorrido por cada línea de carrera afuera de la baranda. De tal manera que si un caballo recorre toda la curva por quinta línea estaría recorriendo 55 pies (16.7 metros) de más a la distancia total y 44 pies (13.4 metros) más que el caballo que va pegado a la baranda o por primera línea. Si la carrera es corrida en dos codos y el animal gira igual de abierto ambos codos, entonces la cantidad de terreno extra recorrido se duplicaría.

¿Pero que tan significativo puede ser recorrer 11, 22 o 44 pies extras dependiendo de qué tan abierto gira un animal la curva?

Las personas que han estudiado y calculado todos estos factores han estimado que el valor de “un cuerpo” como es reseñado en los past performance equivale a ocho pies.
Cada vez que el caballo gira la curva una línea de carrera más hacia afuera, 11 pies extras es lo que está cediendo a sus rivales, por lo tanto algo más de un cuerpo, casi un cuerpo y medio.
En una carrera de un solo codo, un caballo corriendo por tercera línea estaría corriendo 22 pies o 6.7 metros más que el caballo corriendo por primera línea. En otras palabras y si lo llevamos a cuerpos, estaría cediéndole al caballo por primera línea 2 ¾ cuerpos.

En otro ejemplo, en una carrera de dos “codos”, si el animal gira ambos codos por cuarta línea, estaría corriendo por cada curva 33 pies más que el caballo que va por la baranda. Al cruzar la raya, el caballo corriendo por fuera habrá corrido 66 pies (33 por curva) más que el caballo por primera línea. Si llevamos esa cantidad de terreno extra recorrido a cuerpos estaríamos hablando de una diferencia de 8 ¼ cuerpos.

Cuando caemos en cuenta que las estadísticas demuestran que el 60% de las carreras en Norteamerica se deciden por menos de 2 cuerpos, evitar recorrer 16 pies (1 cuerpo son 8 pies o 2.4 metros) extras, puede ser la diferencia entre el primero y el segundo lugar.

Sin Embargo y a pesar de la ventaja que se da cuando se corre por afuera, algunos caballos así como algunos jockeys prefieren alejarse de la baranda especialmente al momento de girar el codo. Para los jockeys que giran por fuera las posibilidades de conseguir “trafico” o recorridos accidentados en teoría son menores. Para los caballos,es simplemente el hecho de que algunos de ellos no se sienten a gusto y no se emplean igual cuando están cerca del riel.

Pero para estos animales y estos jockeys que evitan el riel, hay buenas noticias. Los analistas, matemáticos y físicos que se han dado a la tarea de calcular estos valores y estudiar la dinámica de la curva, han demostrado que la ventaja que un caballo da en distancia recorrida a aquellos caballos que giran por dentro pudiera estar sobre estimada.  

Las pistas de los hipódromos son construidas con cierto grado de peralte. Explicándolo de una forma muy general y simple, lo que los estudios han demostrado, es que el peralte le permite al caballo que gira por fuera acelerar a mayor velocidad que el caballo que gira por dentro el cual se ve más afectado por la dinámica o las fuerzas físicas que se generan durante el giro. 

Según las conclusiones de los estudios, resulta que, los caballos que corren por fuera en realidad solo pierden la mitad de los 11 pies que han sido estimados como standard o si lo llevamos a cuerpos, menos de un cuerpo.


Además de la ayuda que el peralte le da al caballo para acelerar, hay un efecto beneficioso todavía más importante. En una pista sin peralte, durante el giro, un caballo deberá transportar el equivalente a 100 libras de peso extra (45 kg). Cuando la curva tiene peralte esa cantidad se reduce y se estima en 80 libras extra (36 kg). 

Basado en estudios de análisis del paso, uno solo de los miembros anteriores del caballo durante el ciclo del paso, soporta hasta tres veces el peso total del animal. Durante el giro de la curva por la dinámica y las fuerzas que se generan, el miembro soportara hasta 300 libras extras de peso (136 kg). Esta cantidad puede aun ser mayor dependiendo de los aumentos en la velocidad y en las pistas con curvas muy cerradas.

Enrique Castillo M.V.
www.elcaballodecarrera.com

No comments:

Post a Comment